lunes, 7 de abril de 2008

Parones

Como en una caravana de verano, vas arrancando y parando, encajando en los huecos que se abren a tu alrededor. "Take a glimpse of the good life", dicen los perros que se mueren de calor en los coches, vale tio, si, ya voy a escuchar The Shins...

Parecía que habia llegado la primavera, y de golpe y porrazo (de los de fumar además), se pone a parecer que va a llover, pero no termina de caer. Parón.
Pensaba venir a desvariar a este diarío con frecuencia suficiente como para hacerlo semanario, pero no ha podido ser. Parón.
Quería haber seguido siendo feliz, pero en el preciso instante que comienzas a serlo de verdad, dejas de serlo también, porque tomas consciencia de la infelicidad que produce la autocomplacencia. Parón.

La manera de perder el tiempo, es de alguna manera lo que realmente define si uno está perdiendo el tiempo o no. Digo con esto: si elegimos tirar nuestros segundos y minutos en algo que sabemos que no va a ninguna parte, si decidimos malgastar nuestras horas y semanas en lugar de ocuparlos en algo que tiene alguna perspectiva de ir a algun sitio, ¿tienen los demas derecho a reprocharnoslo? ¿Acaso la obligación?

Creo que voy a inventar una maquina de desperdiciar vidas, amores, sueños, oportunidades. Será una maquina que nos haga aun mas cobardes de lo que ya soy, será un aparato que nos ayudará a esconder la cabeza bajo el suelo y no tener asi que vernos a nosotros mismos cuando vengamos a pedirme cuentas. Las cuentas de la lechera. Las explicaciones que debo darnos cada rato a cerca de qué hago con nuestro corazón, el informe de gastos de nuestras caricias, de nuestros besos, de nuestro esperma y nuestro flujo.

Mejor, voy a inventar una maquina de estar triste que es lo que el mundo está necesitando. Parón.

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